Desarrollo de habilidades de pensamiento crítico y creativo en la educación superior

A continuación se presentan una serie de conceptos e ideas creativas sobre la formación de universitarios con criterio, profesionales capaces de aplicar sus conocimientos científicos y universales en la resolución creativa de problemas cotidianos.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Aprendiendo a pensar críticamente

(A manera de síntesis del curso de Pensamiento Crítico)
Licda. María Antonieta Campos
Psicóloga

Al iniciar el curso, pensé que aprendería sobre Platón y Sócrates, Aristóteles o cualquier filósofo de renombre con ideas impactantes. Nunca pensé que me tocaría a mí plantear mis ideas, generar mis proyectos y plantear preguntas propias.

Pero pensar críticamente es ser capaz de analizar el entorno con visión científica y propia a la vez. Es utilizar la experiencia y la teoría para diseñar nuevas formas y sistemas de transformar ese entorno, de manera que nosotros y nuestras comunidades se beneficien, de manera que nuestro medio permanezca sano y que podamos conformar una sola unidad que crezca y se desarrolle con grandeza y en armonía.

Pensar críticamente es cuestionarse el mundo para mejorarlo y esto implica conocerse a uno mismo para evolucionar y conocer al otro para trabajar en conjunto y crear; no se trata sólo de estudiar a otros, es necesario estudiarse a uno mismo y evolucionar en grupo. Es adaptarse y cambiar con sentido; es utilizar los recursos que la tecnología nos brinda para proteger el mundo en vez de destruirlo.

El pensamiento crítico también implica detectar y corregir el error; con apertura, sin culpas ni juicios; pero con responsabilidad y objetividad. Por ello, el trabajo en equipo aumenta la capacidad crítica de los pensadores; en grupo las ideas se enriquecen mutuamente, las habilidades y las formas creativas se complementan.

Desde esa perspectiva, este curso ha sido altamente enriquecedor; sobre todo, en tanto ha permitido que una misma teoría sea aplicada con creatividad desde diferentes campos y se han visto resultados infinitamente variados pero igualmente funcionales.

Tal es el ejemplo de la aplicación que hicimos de los estudios de caso como estrategias para fomentar el pensamiento crítico en los estudiantes. En los diferentes blogs de los compañeros de curso pudimos observar casos sobre temas odontológicos, sobre asuntos estructurales desde la ingeniería, sobre problemáticas sociales y legales como el abuso sexual, sobre problemas de aprendizaje, sobre personas talentosas, etc.

Una misma técnica y una misma perspectiva teórica pueden utilizarse de forma creativa y crítica para mejorar el mundo desde todas las áreas de aplicación que el ser humano alcance a imaginar. Sólo es cuestión de ir más allá de lo que ha sido establecido por los grandes teóricos: Leer sus teorías, ver el entorno, ver para adentro y crear y recrear para proponer algo nuevo. Luego, escuchar las voces colectivas de los compañeros que realimentan con sabiduría y creatividad propias, para así generar productos de calidad que puedan sean valorados a nivel comunitario.

Una solución real, es la que ayuda a todos, la que nace de todos, la que nos hacer crecer y avanzar. Es la a que quita el dolor, la que da provisión, la que multiplica lo que existe, la que actúa con sinergia, la que hace más suave el camino de los caminantes.

Solamente las opiniones de los compañeros, tras la lectura de mis aportes, ha sido capaz de poner en perspectiva la utilidad de estas propuestas, y, han quedado en este
blog, las que ellos han valorado y enriquecido con sus opiniones.

Para los psicólogos y, sobre todo, para los docentes en psicología, quedan una serie de propuestas de casos y dinámicas para realizar en sus aulas, para poner a sus alumnos a pensar, a cuestionarse el mundo. Queda una propuesta de preguntas, más que de respuestas; un listado de situaciones reales sobre el aprendizaje y el pensamiento humano. Además, se modela el uso de las tecnologías como formas de expresión de los cuestionamientos, la criticidad, la construcción de ideas y la discusión grupal de temas profundos.

Dentro de las estrategias didácticas más útiles, que quiero rescatar, para los profesores de mi carrera no hay nada mejor que un diario de aprendizaje; ya sea en forma de bitácora científica, de autobiografía, de modalidad terapéutica o de análisis de experiencias diversas, los diarios de aprendizaje registran lo cognitivo y lo emocional de las vivencias para profundizar el análisis, mejorar la conducta y adquirir satisfacción en cualesquiera sean las metas planteadas.

Los juegos y actividades para fomentar la integración de la creatividad con el
pensamiento lógico, son esenciales para que el psicólogo pueda hacer que su población de trabajo entre en contacto con su yo interior y saque lo mejor de sí al mundo. El psicólogo necesita una mentalidad amplia y humilde, pero también las estrategias para cuestionar, para valorar la opinión individual dentro de los grupos, para integrar la diversidad en el conjunto y para llegar a un punto común y agradable para todos los miembros de una comunidad.

Todas estas propuestas metodológicas, estratégicas y teóricas fueron plasmadas a lo largo de esto blog, analizando el funcionamiento de la mente humana, de las cogniciones, de las emociones, de la creatividad, del análisis y la síntesis, de la criticidad… Fue un curso en el que se plasmó la teoría a la luz de la experiencia vivida, por medio de un blog, de algunos foros, de muchas lecturas, videos, intervenciones virtuales, acuerdos y desacuerdos, diversidad e integración de criterios. Un curso en el cual sin vernos, demostramos que el pensamiento humano trasciende los lugares y se construye una y otra vez para hacer de nuestro entorno un lugar más agradable.

La confianza de mis compañeros y docente en mis propias capacidades, me obligó a construir una nueva forma de enseñar, una forma que parte del conocimiento y experiencia de mis estudiantes y que usa la teoría como herramienta y no como un fin. Aprendí que enseñar es preguntar, orientar, facilitar. Enseñar es encontrar soluciones, pero no a mis preguntas, sino a las de los jóvenes que vienen a las aulas ansiosos de aprender.

En este curso entendí que los estudiantes vienen a las clases con problemas que son parte de su diario vivir, por eso estudian. Es pues, el rol del docente, simplemente acompañarlos, abrirles los ojos para que vean lo que es importante, para que usen los recursos que ya tienen, lo que hay a su alrededor.

Cuando el maestro confía y responsabiliza a sus estudiantes, ellos actúan con seguridad y extienden la mano para tomar lo que el entorno les provee. Lo usan, lo transforman, lo desarman y lo convierten en algo totalmente novedoso y funcional.

Cuando el docente pierde el temor de ser superado y deja que sus alumnos le muestren de lo que son capaces; entonces, ese docente recibe mayor formación profesional que la que le fue otorgada en los recintos universitarios.

La juventud trae vida, sabiduría energética a la que hay que darle espacio para que se manifieste con creatividad y de formas positivas para la comunidad. Muchas veces darle espacio significa preguntar, otras veces implica cuestionar, y otras tantas puede requerir un reto; pero en todos los casos la esencia de la sabiduría se encuentra en la escucha respetuosa de sus propuestas, y en uno que otro consejo de la experiencia que les ayude a estructurar más claramente sus ideas.

Una clase que pretenda fomentar el pensamiento crítico, comenzará con preguntas, dará espacio a proyectos grupales, propiciará toda clase de manifestaciones artísticas y permitirá todo tipo de propuestas creativas.

Una lección crítica se construye en equipo, en la interacción constante y horizontal de las ideas alumno-alumno y alumnos-profesor. Es el tipo de lección que utiliza toda clase de recursos, tecnológicos, científicos, artísticos, literarios, comunitarios, sociales, etc. Es la que se da cuando hay más preguntas que respuestas, cuando quedan más ganas de saber que conceptos memorizados. Una lección crítica incluye a todos, respeta a todos, espera y se devuelve tantas veces como sea necesario para corregir el error.

Este es el tipo de lección en la que nunca se pierde el objetivo, pero el método se prueba una y otra vez, y se puede cambiar sin mezquindad, hasta que la meta se alcance con absoluta satisfacción.

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